CULTURA DEL TIGUERAJE EN RD

Políticos, guardias, policías y comerciantes, muestran tigueraje

Oleo pintado por Miguel  Nunez, por las veredas de Rió Blanco. Loma de blanco Bonao 
Estilo de vida. El autor del libro “Cultura del tigueraje en República Dominicana” asegura que en los últimos años ese estilo de vivir ha copado todas las clases sociales, y que hoy en día tenemos elegantes “tigueronas” y “tígueres” con saco y corbata. Escrito por: Arismendy Calderón (arismendy_ak47@hotmail.com). 
El estilo de vida del “tigueraje” que prevalece en nuestra sociedad, un patrón de conducta que ha influenciado a los dominicanos en los últimos años, ha generado graves consecuencias porque cuando las personas no obedecen las leyes, las reglas del juego, “se crea el caos y el malestar social”.

Basado en una serie de estudios, el siquiatra, educador, salubrista y terapeuta familiar José Dunker asegura que cuando los ciudadanos de una nación no obedecen las reglas de juego, como está sucediendo en la República Dominicana, “caemos en el caos y una serie de conductas negativas prolíferas”.

Dunker, autor del libro “Cultura del tigueraje en República Dominicana” no alberga duda de que la raíz del malestar social que estamos viviendo en el país “se encuentra en ese estilo de vivir, de irrespetar las reglas de juego, porque cuando no respetamos esas reglas, aumenta la corrupción administrativa, aumenta la violencia en las calles, aumenta la violencia doméstica, aumentan los homicidios, aumenta la violencia de género, aumentan los feminicios, aumentan los suicidios”.

Ese patrón de conducta al que nos hemos acostumbrado, esa manera de vivir “a la brigandina”, afecta a todas las áreas de la vida dominicana, según Dunker, desde las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, las iglesias Católica y Evangélica, los partidos y dirigentes políticos, el comercio, el Gobierno y la administración pública.

Cita casos que se repiten con frecuencia: “Un día cualquiera te roban un carro y después tú lo encuentras en poder de un oficial de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional. Eso es parte del tigueraje”.

“Se nota el tigueraje en los políticos, en los funcionarios del Gobierno y en la oposición. Una causa de violencia es el lenguaje político. Los políticos se insultan y se acusan mutuamente de toda clase de bellaquería, creando tensión”. Además, hay tigueraje en la manipulación electoral, el clientelismo y el transfuguismo político.

“En este momento de la vida política no hay programas de Gobierno, ni ideología. La gente quiere que gane su partido para hacerse gente, para ‘guisar’. Eso es tigueraje. Uno observa a la gente con discursos elegantes, manipulando información. Eso es puro tigueraje”.

Tigueraje en el tránsito

El tránsito, antropológicamente, se puede usar como un reflejo de la sociedad, apunta el siquiatra y terapeuta familiar. “Si tú vas a un país que tú no conoces y quieres tener una idea anticipada de cómo son la gente en ese lugar, mira cómo manejan”.

Llama la atención el tigueraje que muestran los dominicanos al conducir en calles, a las maniobras típicas que hombres y mujeres, no importa la clase social a la que pertenezcan, realizan cuando conducen en las vías públicas. “Antropológicamente, el tránsito se puede usar como un reflejo de la sociedad, o sea, si visitamos un país que no conocemos y quieres tener una idea anticipada de cómo son las personas en esa nación, observa cómo conducen”.

Dunker sostiene que antes eran choferes del “concho” y de guaguas voladoras los que hacían maniobras temerarias al conducir en las calles. “Eran los únicos que manejaban con ese tigueraje. Ahora es diferente, pues todo el mundo viola la ley. Uno puede observar a una señorona, una tiguerona conduciendo una yipeta, y tú la ves haciendo lo mismo que antes hacía el tíguere, es decir, el chofer de carro público”.

Observa que el tíguere ha influenciado tanto en el comportamiento de los dominicanos, a todos los niveles, que cuando una persona decente sale a conducir “hay ciertos momentos que si tú no eres un poco tíguere no puedes manejar en la calle, porque te cogen de pendejo. Para tú doblar en ciertas intersecciones, y que te cedan el paso, es una odisea. Tienes que usar el tigueraje, meterte un poquito y cruzar rápido”.

Una evidencia de esa complicación cotidiana, según Dunker, es la manera de conducir de las mujeres. “Los que hacían esas travesuras eran los tígueres, los hombres, pero hoy día es difícil encontrar una mujer que maneje con corrección. Ellas tienen más tigueraje que los hombres, porque las mujeres se adaptan más fácil a las costumbres, y han asumido el tigueraje como el estilo normal de conducir”.

Dunker refiere un dato interesante, basado en un informe reciente que tiene a mano: “Un estudio que acaba de ser publicado dice que en todo el hemisferio americano, la República Dominicana es el país donde existe el mayor riesgo de sufrir accidentes de tránsito. Guatemala tiene una cifra altísima, pero nosotros lo superamos. Eso es producto del tigueraje”.

El tigueraje

“El tigueraje tiene que verse como una cultura, un modo de ser, en el mismo sentido en que se habla de actitudes o mentalidad de la gente. El tíguere es una persona pícara, que engaña a cualquiera y que hace lo que sea con tal de quedar bien parado, en lo cual se incluye la habilidad para mostrarse al final como un angelito caído del cielo. En otras palabras, tira la piedra y esconde la mano, todo lo cual sucede debido a que está dominado por el qué dirán, y necesita aparentar una persona honorable”.

Problema sistémico

El doctor Dunker sugiere que todos estos síntomas son parte de un problema sistémico, y para enfrentar el caos, los males sociales que afectan a la sociedad, dice que en la sociedad se requiere firmar “un gran pacto nacional de someternos a las reglas de juego. Las autoridades tienen que comprometerse a partir de algún momento a cumplir las leyes, y hacerlas cumplir. Eso es básico”.

Le preocupa el estrés social, la violencia en los niños, en las escuelas, los feminicios, el alcoholismo, las drogas, la alta tasa de suicidos y otros graves problemas que afectan a la sociedad dominicana.

“Estamos asistiendo a un momento en que los especialistas están describiendo que hay más alcoholismo, más drogas, más suicidios. Es un estrés sistémico, es un estrés que no es solo de una familia o de un individuo, sino que la sociedad está generando estrés, y están aumentando los trastornos psicosomático, que hay más hipertensión, diabetes y otras enfermedades”.

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