«Los sueños que no nos podrán robar»
Eva Forest, siempre en nuestro recuerdo
Por Walter Wendelin
Fuentes: Rebelión
Con un grupo de deportados políticos vascos en Cabo Verde en la década de 1980.En un campo de trabajo en Nicaragua, 1988.
Robar los sueños que alimentan la riqueza imaginaria de los pueblos que desean ser libres es uno de los objetivos del gran enemigo de la humanidad: el imperialismo en sus múltiples y siempre feroces formas. Y preservar estos valiosísimos y bellos sueños para que nadie los robe y los destruya es tarea de los que quedan y siguen en el empeño de cambiar el mundo y hacerlo más habitable. Soñar es imprescindible para un revolucionario: convertir la poderosa fuerza de los sueños en instrumento liberador es, en cierto modo, adaptar a este momento histórico el ejemplo del Che, cuando escribió que no le importaba su muerte siempre que alguien recogiera su arma para proseguir el combate. Recoger los sueños de nuestros muertos y convertirlos en arma creadora que perfora imposibles y horada utopías en busca de nuevos caminos que aceleren el proceso de humanización, ¿no es ya el mejor homenaje?”.
Estas son las palabras que Eva Forest pronunció en el homenaje a Juanjo Crespo en el 25 aniversario de su muerte tras noventa y siete días de huelga de hambre [1]. Recoger toda la inmensa cantidad de sueños revolucionarios que recogió Eva a lo largo de su vida e hizo suyos es tarea para más de una vida. Pero su grandeza siempre ha sido la humildad y nunca nos pediría nada imposible. ¿Qué hacer entonces con sus sueños? ¿Cómo homenajearla sin caer en la falsedad, la hipocresía, sin cubrirnos con la desidia de los años que han pasado desde que nos dejó, sin cargar con la mala conciencia de no poder cumplir con ella, ella, que siempre ha cumplido con todas y todos?
Para hacer lo imposible simplemente hay que hacerlo. Si no nos vemos capaces, cada uno por separado hagámoslo colectivamente entre todas y todos. Busquemos entre los escritos que nos legó [2] un sueño o dos, recojámoslo y hagámoslo nuestro sin que se pierda ninguno. Convirtamos los sueños de Eva, que son los nuestros, en arma creadora. Perforemos lo imposible y horademos la utopía en busca de nuevos caminos que aceleren el proceso de humanización, ¿no es esto el mejor y único homenaje que Eva no rechazaría?
[1] “Los sueños que no nos podrán robar”,
Congreso Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad celebrado en Venezuela el 5 de diciembre de 2004.; cena con el presidente Hugo Chavez.
En Samarra, Iraq, 2002
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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