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Los mejores libros de todos los tiempos


Los mejores libros de todos los tiempos según 125 escritores

18 DE SEPTIEMBRE DE 2016


Listas las hay de todos los colores, sobre todo de los mejores libros. Así la última que publicamos recibió algunas críticas por ser demasiado populista y poco académica. En realidad eran cuatro los medios de crítica y tres los de lectores, pero parece que el peso específico de los lectores "coló" obras que cualquier lector avanzado no tocaría ni con un palo. Por eso no cejamos en nuestro empeño y publicamos esta segunda lista.

El sitio Brain Pickings pidió a 125 autores estadounidenses e ingleses —entre ellos Norman Mailer, Ann Patchett, Jonathan Franzen, Claire Messud, and Joyce Carol Oates— “que hicieran una lista, jerarquizada y ordenada de quienes consideren las diez mejores obras de ficción de la historia: novelas, colecciones de cuentos, obras de teatro o poemas”.

Y aunque la petición representó algunos problemas —sobre todo al momento de definir por qué una obra es la mejor, al final fue posible elaborar las siguientes listas, la primera con las mejores obras del siglo XX, otra con las del XIX, una más con los 10 mejores escritores de acuerdo con el número de obras suyas elegidas y la última con los autores que más puntaje reunieron.
Mejores obras del siglo XX


1.- Lolita, de Vladimir Nabokov.

La historia de la obsesión de Humbert Humbert, un profesor cuarentón, por la doceañera Lolita es una extraordinaria novela de amor en la que intervienen dos componentes explosivos: la atracción; por las nínfulas y el incesto. Un itinerario a través de la locura y la muerte, que desemboca en una estilizad ísima violencia, narrado, a la vez con autoironía y lirismo desenfrenado, por el propio Humbert Humbert. Lolita es también un retrato ácido y visionario de los Estados Unidos, de los horrores suburbanos y de la cultura del plástico y del motel. En resumen, una exhibición deslumbrante de talento y humor a cargo de un escritor que confesó que le hubiera encantado filmar los pic-nics de Lewis Carrol.


2.- El gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald.

Esta es la historia del millonario hecho a sí mismo, Jay Gatsby, a quien sólo le mueve una obsesión: recuperar un amor de juventud. Pero Daisy es hoy una muchacha que forma parte de una sociedad frívola y aburrida de sí misma, una criatura encantadora y también dañina. Un magnífico retrato de heroicidad en un mundo decadente




3.- En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust.

Para muchos historiadores y críticos, EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO no sólo es una obra cumbre de las letras francesas del siglo xx, sino también una de las más grandes creaciones literarias de todas las épocas, en la que la trasposición en el relato de la vida de Marcel Proust (1871-1922), así como de personajes y ambientes sociales de su tiempo, se pone al servicio de un propósito radicalmente innovador del género novelístico. POR EL CAMINO DE SWANN es el primer volumen de la serie que completan, por este orden, «A la sombra de las muchachas en flor», «El mundo de Guermantes», «Sodoma y Gomorra», «La prisionera», «La fugitiva» y «El tiempo recobrado».



4.- Ulises, de James Joyce.

La obra cumbre de las letras contemporáneas -el recorrido de Leopold Bloom y Stephen Dedalus, por un Dublín ya mítico- presentada en dos accesibles volúmenes. Una experiencia límite del lenguaje.





5. Dublineses, James Joyce


Publicado en 1914, DUBLINESES es uno de los libros de relatos más unitarios y perfectos alumbrados por un autor. Pese a gravitar en su totalidad en torno a Dublín y sus personajes enmarcados en un periodo histórico muy concreto (el que habría de anteceder en breve a la independencia de la católica Irlanda respecto al protes tante Reino Unido, y sobre todo Inglaterra), James Joyce (1882-1941) muestra en los quince cuentos que integran la obra una sensibilidad y penetración difícilmente igualables a la hora de captar la naturaleza humana en sus distintas edades y condiciones, así como en el laberinto de las relaciones personales y sociales. La impecable estructura del libro, que parte de las primeras experiencias infantiles para ir recorriendo el arco de la existencia humana, culmina en esa obra maestra que es el relato titulado «Los muertos», sin duda alguna una de las cumbres del género


6.-Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.

«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.» Con estas palabras empieza una novela legendaria, una de las aventuras literarias más fascinantes del siglo XX. La familia Buendía-Iguarán, con sus milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos y condenas, representa al mismo tiempo el mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo entero. «El Quijote de nuestro tiempo.» Pablo Neruda






7.- El ruido y la furia, de William Faulkner.

Novela clave en la obra de William Faulkner (1897-1962), pues en ella se adentró en técnicas que habrían de hacerse claves en la narrativa moderna y consolidó el que habría de ser su mundo narrativo, El ruido y la furia (1929), título que evoca los célebres versos de «Macbeth», se articula en torno a los monólogos interiores de los hermanos Compson: Benjy, el idiota; el sensible Quentin, atormentado por el incestuoso amor que siente hacia su hermana Caddy, y el inescrupuloso Jason. La trágica historia que Faulkner va urdiendo con genial maestría narrativa en torno a los miembros de una antigua familia hacendada del Sur, desvela con una fuerza expresiva inusual la lenta e implacable corrosión del tiempo, así como el desvanecimiento y la perversión del intangible paraíso de la infancia.





8. Al faro, Virginia Woolf

Virginia Woolf explora en Al faro su propio pasado familiar y vuelca aquellos interrogantes que siempre la inquietaron: la razón de la vida, el beneficio o la inutilidad de alcanzar una meta y la inevitable muerte.

9. Historias completas, Flannery O’Connor

El genio lúcido, doloroso y atormentado de Flannery OConnor alcanza sus más altas cimas en el cuento, género que cultivó ininterrumpidamente desde sus años de estudiante hasta su prematura y trágica muerte. En este volumen se reúnen todos sus relatos, tanto los que publicó en vida como los que dejó inéditos, muchos de los c uales nunca se habían traducido al castellano. Las historias de este libro hiriente y sobrecogedor tienen como escenario los pueblos y las tierras del sur de Estados Unidos, especialmente su Georgia natal, un mundo decrépito y en ruinas cuyo secular abandono y pobreza ancestral aparecen marcados por la violencia y el odio. Pero más allá de la sordidez, los conflictos raciales, el asfixiante peso de la religión y la frustrada lucha por la libertad, hay siempre en los cuentos de Flannery OConnor una extraña belleza, una íntima exposición moral de la condición humana que trasciende la anécdota. Comparada a menudo con William Faulkner o Carson McCullers, con quienes forjó lo que se ha llamado el «gótico sureño», Flannery OConnor está unánimemente considerada como la gran narradora norteamericana del siglo XX. La opinión del editor: Los cuentos de Flannery OConnor llevaban mucho tiempo fuera de circulación en nuestro país. Creemos que es hora de reivindicar el magisterio de esta escritora excepcional.





10. Pálido fuego, Vladimir Nabokov

Nos hallamos ante una obra maestra, un «tour de force», una novela originalísima, desconcertante y diabólicamente divertida, que figura entre las preferidas de su propio autor y en la que refulge, de forma inigualable, su alambicada ironía y su mortífero humor. "Pálido fuego" se presenta como la edición póstuma de un largo poema escrito por John Shade, gloria de las letras norteamericanas, poco antes de ser asesinado. En efecto, la novela consta del susodicho poema, más un prólogo, un voluminosísimo corpus de notas y un índice comentado del editor, el profesor Charles Kinbote. A través de sus prolijos y entrometidos comentarios sobre el poema, sobre su amistad con Shade los meses anteriores a su muerte, y sobre el lejano reino de Zembla, que tan precipitadamente tuvo que abandonar, Kinbote va trazando un hilarante autorretrato, en el que acaba por delatarse como un individuo intolerante y altivo, excéntrico y perverso, un auténtico y peligroso chiflado. En este sentido, podría decirse que "Pálido fuego" es también una novela de intriga, en la que al lector se le invita a tomar el papel de detective.
Mejores obras del siglo XIX


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